Swisswater Brasil 17/18 fine cup

10.00 - 55.00

El proceso de descafeinado Swiss Water®️ está certificado como orgánico y utiliza sólo agua, temperatura y tiempo para eliminar la cafeína con suavidad. El resultado es un café extraordinario sin ningún residuo químico ni sabor residual.

🌱Es un proceso neto de extracción, que preserva intactas las características del sabor del café según su origen
🌱99,9% libre de cafeína
🌱100% libre de químicos

1. Los granos de café verde (sin tostar) se sumergen en agua “sobresaturada” con los
componentes solubles del café a excepción de la cafeína. A esa agua sobresaturada le
llamamos Extracto de Café Verde (ECV)
2. El ECV fluye sobre los granos de café. Buscando el equilibrio, la cafeína comienza a
pasar de los granos de café al ECV.
3. El ECV contiene ahora la cafeína, pero por poco tiempo. Este fluye a través de los
filtros de carbon, los cuales solo atrapan las moléculas de cafeína. El ECV se renueva
constantemente.
4. Repetición. Este proceso se repite durante 10 horas, controlando meticulosamente el
tiempo, la temperatura y el flujo, hasta que los granos de café quedan libres de cafeína
en un 99,9%

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Descripción

Brasil ha sido el mayor productor de café del mundo durante más de 150 años.
Actualmente, está a cargo de alrededor de un tercio de la producción mundial, aunque en el pasado su participación de mercado llegaba al ochenta por ciento. El café se introdujo en la nación desde la Guayana Francesa en 1727, mientras todavía estaba bajo el dominio portugués.
De esta manera, el primer café de Brasil lo plantó Francisco de Melo Palheta en la región de Para en el norte del país. Según el mito, Palheta viajó a la Guayana Francesa en misión diplomática, sedujo a la esposa del gobernador allí y recibió las semillas escondidas en un ramo de ella a su partida. Probablemente, el café que plantó a su regreso a casa se usó solo para el consumo doméstico, y siguió siendo un cultivo sin mucha importancia hasta que comenzó a abrirse camino hacia el sur, pasando de huerto en huerto tanto como de finca en finca.
Los buenos cafés brasileños tienden a ser bajos en acidez, pesados ​​en cuerpo y dulces, a menudo con sabores de chocolate y nueces.